lunes, 17 de marzo de 2008

Un hombre increiblemente valiente y luchador

Esta entrada te la dedico a ti. A esa persona que de la noche a la mañana se vio postrado en una silla de ruedas.

A ese chico que era un verdadero deportista y jovial.

Ojalá mis oraciones hubieran dado fruto, pero no fue así. Tú jamás sabrás lo que me preocupó la noticia. Jamás sabrás lo que sin casi conocerte te aprecio.

Hoy me saludaste y en lo más profundo de mi sentí que a veces nos quejamos de nada. Me alegro de que salieras adelante con tanto ahinco. Y que no dejes de llevar tu vida tan normal como antes. De tu afán de superación. Y ojalá la vida te sonría. Mil besos mi hombre valiente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues si ade, a veces nos quejamos pro nada y si nos fijamos en verdad no estamos tan mal, siempre hay alguien peor.
Animos a tu amigo! y a ti apa! Sonreir a la vida y la vida os sonreirá o eso dicen... ¿habrá que probarlo no?

Saludos!

Reinda